viernes, 20 de octubre de 2017

DIOS NOS CONOCE


 Se juntaron entre tanto miles de personas, que se atropellaban unas a otras. Jesús comenzó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos:
- Guardaos de la levadura de los fariseos, es decir, de su hipocresía. Porque no hay nada secreto que no llegue a descubrirse, ni nada oculto que no llegue a conocerse. Por tanto, todo lo que habéis dicho en la oscuridad se oirá a la luz del día; y lo que habéis dicho en secreto y a puerta cerrada será pregonado desde las azoteas de las casas.
 A vosotros, amigos míos, os digo que no debéis tener miedo a quienes pueden matar el cuerpo, pero después no pueden hacer más. Os voy a decir a quién debéis tener miedo: tened miedo a aquel que, además de quitar la vida, tiene poder para arrojar en el infierno. Sí, tenedle miedo a él. 
¿No se venden cinco pajarillos por dos pequeñas monedas? Sin embargo, Dios no se olvida de ninguno de ellos. En cuanto a vosotros mismos, hasta los cabellos de la cabeza los tenéis contados uno por uno. Así que no tengáis miedo: vosotros valéis más que muchos pajarillos."

Para Jesús es muy importante la verdad, la claridad, la transparencia. Por eso no quiere que seamos hipócritas como los fariseos. En nuestra sociedad juzgamos a los demás por las apariencias. Eso hace que estemos muy preocupados por nuestra imagen e intentemos ocultar nuestros defectos. Jesús nos dice que es inútil. Tarde o temprano todo se sabe.
Debemos ser nosotros mismos y mostrarnos tal cual somos; aunque esto nos traiga problemas e incluso la muerte. Dios nos conoce y Él no nos abandonará nunca. En esto consiste la sencillez que predica Jesús: en confiar totalmente en Dios, que conoce hasta lo más oculto de nosotros y sigue amándonos con ternura.




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