domingo, 29 de enero de 2017

LA VERDADERA FELICIDAD


"Al ver la multitud, Jesús subió al monte y se sentó. Sus discípulos se le acercaron,  y él comenzó a enseñarles diciendo:
- Dichosos los que reconocen su pobreza espiritual, porque suyo es el reino de los cielos.
Dichosos los que sufren, porque serán consolados.
Dichosos los humildes, porque heredarán la tierra que Dios les ha prometido.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán satisfechos.
Dichosos los compasivos, porque Dios tendrá compasión de ellos.
Dichosos los de corazón limpio, porque verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos.
Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo, porque suyo es el reino de los cielos.
Dichosos vosotros, cuando la gente os insulte y os maltrate, y cuando por causa mía digan contra vosotros toda clase de mentiras. ¡Alegraos, estad contentos, porque en el cielo tenéis preparada una gran recompensa!"

Algunos autores señalan que hay una sola bienaventuranza: Bienaventurados los pobres de espíritu. Y señalan, que las otras siete explicitan qué es ser pobre de espíritu.
Tenemos la tendencia a ver sólo el aspecto económico de la pobreza y de asociar la felicidad con el dinero, con el tener. Jesús pone la felicidad en la pobreza de espíritu. Y para Él ser pobre de espíritu es:
  • Soportar los sufrimientos de esta vida. La vida no es un camino de rosas y nosotros, con nuestro egoísmo lo hacemos todavía más dolorosos. Si hay millones de personas que no tienen lo necesario para vivir, es porque existen unos pocos que lo acumulan todo.
  • Ser humildes. Aceptarse cada uno tal cual es y no querer pasar por encima de los demás. Considerarse hermano de todos y no superior a nadie.
  • Luchar porque la justicia reine en este mundo. No quedarse impasible, mirándose el ombligo y callando porque a nosotros nos va bien, mientras nuestro hermano es pisoteado por la injusticia. 
  • Saber padecer con los otros, que eso es lo que significa ser compasivo. Compasión no es mirar al otro desde arriba, sino ponerse en su lugar. Así se ven las cosas de manera muy distinta.
  • Tener el corazón limpio, sin la malicia que nos hace ver lo negativo de todo y de todos, que nos hace desconfiar de los demás y juzgarlos continuamente.
  • Trabajar por la paz. Ser mediadores. Repartir tranquilidad y armonía. Ser paz. Y eso se hace repartiendo amor a nuestro alrededor.
  • Buscar la justicia aunque esto nos comporte ser perseguidos. Luchar por la verdad y la justicia con valentía, aunque esto comporte la incomprensión. Anunciar el evangelio, aunque esto nos comporte ser insultados y despreciados. 
Mientras nuestra sociedad coloca la felicidad en el dinero y el poder, Jesús la coloca en la pobreza, en el saber compartir, en luchar contra el mal. En hacer una sociedad más fraterna, es decir más evangélica. Este es el verdadero Reino, que entre todos debemos hacer que llegue a esta tierra.



4 comentarios:

  1. S'avança tan poquet a poquet, que la nostra curta vida només capta petits fragments de benaurances. El temps còsmic ens supera de molt, però la creació és d'aquesta manera i no d'una altra. Brillem con un estel errant a l'estiu, que ningú no recorda.
    Una abraçada, Joan Josep.
    Olga X.

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  2. Bona nit Joan Josep.Es el meu Evangeli preferit i com tu l´erxpliques encare més.Gracies, Montserrat

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