viernes, 11 de noviembre de 2016

PERDER PARA GANAR


"Como sucedió en tiempos de Noé, sucederá también en los días en que venga el Hijo del hombre. La gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca, cuando llegó el diluvio y todos murieron. Y lo mismo pasó en los tiempos de Lot: la gente comía y bebía, compraba y vendía, sembraba y construía casas; pero cuando Lot salió de la ciudad de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre y todos murieron. Así será el día en que se manifieste el Hijo del hombre.
Aquel día, el que se encuentre en la azotea y tenga sus cosas dentro de la casa, que no baje a sacarlas; y el que esté en el campo, que no regrese a su casa. ¡Acordaos de la mujer de Lot! El que trate de salvar su vida la perderá, pero el que la pierda, vivirá.
Os digo que aquella noche estarán dos en una misma cama: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán. Dos mujeres estarán moliendo juntas: a una se la llevarán y a la otra la dejarán.
Le preguntaron entonces:
– ¿Dónde ocurrirá eso, Señor?
Y él les contestó:
– Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres."

Al acercarnos al fin del año litúrgico, se nos presentan una serie de evangelios escritos con estilo apocalíptico. Aquí, Jesús, siguiendo la reflexión sobre la llegada del Reino, habla de Noé y de Sodoma. Nos presenta una sociedad que no se preocupa por lo importante, y se ven sorprendidos por la catástrofe.
La idea principal de este texto nos la da la frase: "El que trate de salvar su vida la perderá, pero el que la pierda, vivirá". Es decir, aquél que sólo se preocupa de sus intereses, es el que pierde su vida. Mientras que el que se entrega, el que vive por los demás, el que aparentemente pierde su vida,  es el que VIVE de verdad, el que gana la Vida. Se trata de perder, de despojarse de todo, para ganar.

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