domingo, 4 de octubre de 2015

UNIDOS POR EL AMOR



"Algunos fariseos se acercaron a Jesús, y para tenderle una trampa le preguntaron si al esposo le está permitido separarse de su esposa. Él les contestó:
– ¿Qué os mandó Moisés?
Dijeron:
– Moisés permitió despedir a la esposa entregándole un certificado de separación.
Entonces Jesús les dijo:
– Moisés os dio ese mandato por lo tercos que sois. Pero en el principio de la creación, Dios los creó hombre y mujer. Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos serán como una sola persona. Así que ya no son dos, sino uno solo. De modo que el hombre no debe separar lo que Dios ha unido.
Cuando ya estaban en casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre este asunto. Jesús les dijo:
– El que se separa de su esposa y se casa con otra, comete adulterio contra la primera; y si la mujer deja a su esposo y se casa con otro, también comete adulterio.
Llevaron unos niños a Jesús, para que los tocara; pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban. Jesús, viendo esto, se enojó y les dijo:
– Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos. Os aseguro que el que no acepta el reino de Dios como un niño, no entrará en él. 
Tomó en sus brazos a los niños y los bendijo poniendo las manos sobre ellos."

Este texto se utiliza siempre para hablar declarar que el matrimonio es indisoluble. Pero este texto dice mucho más.
Si nos fijamos bien, vemos que en los tiempos de Jesús el que se separaba era el hombre. Y podía hacerlo por cualquier motivo. Bastaba con redactar un certificado. Esto dejaba a la mujer en una posición difícil, muchas veces de pobreza. Es contra esto contra lo que se revela Jesús. Y lo argumenta señalando que el matrimonio es algo más serio que un papel. Es la unión de dos personas por amor. Algunos dirán que el amor se acaba y entonces el matrimonio también. Pero el amor no es algo que simplemente se tiene o no se tiene. El amor hay que cuidarlo cultivarlo. Pasa por máximos y mínimos y hay que trabajarlo. Lo cierto es, que sin amor no hay matrimonio. Cuando el Papa Francisco intenta acelerar los procesos de nulidad, es porque hay más matrimonios nulos de los que creemos. Matrimonios que no se han hecho por amor, al que no hay que confundir con el deseo.
Lo que une a la familia, lo que forma la familia es el Amor. "Lo que Dios a unido, que no lo separe el hombre", puede traducirse perfectamente por "lo que el Amor a unido, que no lo separe el hombre".
Nuestra sociedad habla poco de fidelidad, porque no conoce lo que es el Amor verdadero. Quien se separa a la primera dificultad, es que nunca tuvo Amor. 
Ciertamente, cuando en una familia no hay amor, sino discusiones continuas, infidelidades, violencia...no vale el que uno de los dos aguante para salvar el matrimonio. Cuando es imposible que reine el Amor, no hay más remedio que la separación. Hay que pensar entonces, que los hijos no se separan. No hay que usarlos como moneda de cambio. No hay que hacer que tomen partido por uno u otro de los cónyuges. Tienen derecho a una madre y a un padre.
El matrimonio hay que trabajarlo cada día. El amor que no se alimenta, muere poco a poco y desaparece.  




No hay comentarios:

Publicar un comentario